Bendito y Amado Padre, gracias por hoy reconozco que mi ayuda viene de ti, no hay ninguna dificultad más alta que tu gran poder.
Ante cualquier adversidad ponemos nuestra mirada en ti, cubre nuestros pies para que no caigamos en tentación, y líbranos de todo mal.
Declaramos que nuestra vida está protegida en todo camino, en el hogar y fuera del él, en todo lugar que pise la planta de nuestros pies, en el nombre de Jesús. Amén.
Salmos 121:7-8
El Señor te protegerá; de todo mal protegerá tu vida. El Señor te cuidará en el hogar y en el camino desde ahora y para siempre.