Amado Padre, día a día escuchamos como la vida de aquellos que aman el dinero no es tan color de rosa como parece. Nunca están satisfechos con lo que tienen, y enfrentan la influencia de ver a otras personas consumir sus riquezas.
Yo quiero estar contento con lo que tú me das, quiero dormir profundamente, mientras que el hombre rico permanece despierto por las noches preocupándose por su dinero.
Señor Jesús, no permitas que me vuelva altivo, ni que ponga la esperanza en las riquezas, las cuales son inciertas, sino en el Dios vivo, que me da todas las cosas en abundancia para que las disfrute.
Te pido que me des sabiduría para administrar todo lo que me has dado y todo lo que me darás; confió en ti porque ahora he encontrado una satisfacción duradera.
Proverbios 22:4 NVI
Recompensa de la humildad y del temor del Señor son las riquezas, la honra y la vida.