Querido padre, gracias por el nuevo día que será el regalo que nos das en la vida.
Todos los días me doy cuenta de que puedo confiar en tus promesas, el amanecer me recuerda que estás en el trabajo, y cuando sale el sol, anuncia el día en que volverás a enviar a tu hijo como lo prometiste.
Dame la fuerza para negarme a ser quien se ha apartado de tu camino y dame la sabiduría para volverme a tu palabra y encontrar en ella la gracia de tu presencia. Amén.
Salmos 33:4-5
La palabra del Señor es verdadera; sus obras demuestran su fidelidad. El señor ama lo justo y lo recto; ¡su amor llena toda la tierra!
Cada amanecer es un recuerdo de la fidelidad de Dios.