¿Qué consejo y qué advertencia dio Salomón a los jóvenes?
3 Los mayores te dirán que la juventud pasa volando, y tienen razón. En pocos años quedará atrás, así que disfrútala mientras dure. Ese fue el consejo del rey Salomón, quien escribió: “Regocíjate, joven, en tu juventud, y hágate bien tu corazón en los días de tu mocedad, y anda en los caminos de tu corazón y en las cosas vistas por tus ojos”. Sin embargo, Salomón advirtió a los jóvenes: “Quita de tu corazón la irritación, y evita a tu carne la calamidad”. Y añadió: “Pues la juventud y la flor de la vida son vanidad” (Eclesiastés 11:9, 10).
¿Por qué les conviene a los jóvenes prepararse para el futuro? Ilústrelo.
4 ¿Entiendes lo que Salomón quiso decir? Por ejemplo, piensa en un joven que recibe un gran regalo, quizá una herencia. ¿Qué hará con ella? Podría derrocharla en placeres, como el hijo pródigo de la parábola de Jesús (Lucas 15:11-23). ¿Pero qué pasará cuando se acabe el dinero? Pues que sin duda lamentará haber sido tan inconsciente. Por otra parte, supongamos que emplea el regalo pensando en el futuro, tal vez invirtiendo prudentemente casi todo. Cuando a la larga coseche los beneficios de su inversión, ¿te parece que se arrepentirá de no haber gastado todo el dinero en divertirse de joven? Claro que no.
5 Piensa en tus años de juventud como un regalo de Dios, pues la verdad es que lo son. ¿Qué harás con ellos? Puedes gastar toda esa energía y entusiasmo en pasarlo bien, yendo de una diversión a otra sin pensar en el futuro. Pero si hicieras eso, en tu caso “la juventud y la flor de la vida” realmente serían “vanidad”. ¡Cuánto mejor es que aproveches tu juventud preparándote para el futuro!
a) ¿Qué consejo de Salomón es una guía confiable para los jóvenes?
b) ¿Qué le gustaría a Jehová hacer por los jóvenes, y cómo pueden estos beneficiarse de ello?
6 Salomón enunció un principio que te ayudará a aprovechar tu juventud al máximo: “Acuérdate, ahora, de tu Magnífico Creador en los días de tu mocedad” (Eclesiastés 12:1). La clave del éxito es escuchar a Jehová y hacer su voluntad. Él les dijo a los israelitas lo que deseaba para ellos: “Yo mismo bien conozco los pensamientos que estoy pensando para con ustedes […], pensamientos de paz, y no de calamidad, para darles un futuro y una esperanza” (Jeremías 29:11). A Jehová le gustaría darte a ti también “un futuro y una esperanza”. Si tus actos, pensamientos y decisiones reflejan que te acuerdas de él, ese futuro y esa esperanza se harán realidad (Revelación [Apocalipsis] 7:16, 17; 21:3, 4).