1. ¡Cuán firme cimiento se ha dado a la fe,
De Dios en su eterna palabra de amor!
¡Qué más él pudiera en su libro añadir,
Si todo a sus hijos lo ha dicho el Señor?
2. «No temas por nada, contigo yo soy;
Tu Dios yo soy solo, tu ayuda seré;
Tu fuerza y firmeza en mi diestra estarán,
Y en ella sostén y poder te daré.
3. «La llama no puede dañarte jamás,
Si en medio del fuego te ordeno pasar;
El oro de tu alma más puro será,
Pues sólo la escoria se habrá de quemar.
4. «No habrán de anegarte las ondas del mar,
Si en aguas profundas te ordeno salir;
Pues siempre contigo en angustia estará,
Y todas tus penas podré reducir.
5. «Al alma que anhele la paz que hay en mí,
Jamás en sus luchas la habré de dejar;
Si todo el infierno la quiere perder,
¡Yo nunca, no nunca, la puedo olvidar!»