1. Hay un río que fluye sin cesar
en la nueva Jerusalén;
Que me habla de eterno bienestar
en la nueva Jerusalén. Celeste es el manantial,
Pristino cual el cristal en la gran Ciudad de Dios.
2. Hay un árbol de vida sin igual
en la nueva Jerusalén;
Cada mes da su fruto a raudal
en la nueva Jerusalén. Sus hojas dan sanidad,
A pueblos Dios da bondad en la gran Ciudad de Dios.
3. No tendremos la luna ni el sol
en la nueva Jerusalén;
Mas la gloria de Dios en arrebol,
en la nueva Jerusalén. Dolor no habrá allá,
Tampoco enfermedad en la gran Ciudad de Dios.
4. El Cordero un Libro tiene allí
en la nueva Jerusalén;
Mi morada eterna conseguí
en la nueva Jerusalén. Inscrito mi nombre está,
Y nadie lo borrará en la gran Ciudad de Dios.
Pista
Estas letras son propiedad de sus respectivos artistas, autores y compositores, y están destinadas únicamente a fines de estudio privado.
LETRA: Basada en Apocalipsis 21-22, Renato Tariariá, 1988, Tribu Waiwai/ Brasil, trad. Oscar López M. MUSICA: Melodía waiwai, arreg.