1. Tesoro incomparable, Jesús, amigo fiel,
Refugio del que huye del adversario cruel;
Sujeta compasivo a Ti mi corazón,
Ya que por redimirme sufriste la pasión.
2. Dirige a mí tu rostro, eterno Rey de amor,
Sol puro de justicia, y fiel consolador.
Pues sin tu influencia santa la vida es un morir;
Gozar de tu presencia: solo esto es vivir.
3. Jesús, riqueza mía, mi amante Salvador,
En mis flaquezas eres mi fuerte protector.
Jamás el enemigo podrá turbar mi paz;
Por más que lo intentare no lo permitirás.
4. Al mundo de falacias no pertenezco ya;
El cielo es mi morada, allí mi patria está.
Adonde Cristo habita con ansia quiero ir;
En sempiterno gozo deseo con El vivir.
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