Los principales sacerdotes y los ancianos persuadieron a la
multitud que pidiese a Barrabás, y que Jesús fuese muerto.
Pilato les dijo: ¡Qué, pues, haré de Jesús,
llamado el Cristo?
Todos le dijeron: ¡Sea crucificado!
Y Pilato, queriendo satisfacer al pueblo,
les soltó a Barrabás, y entregó a Jesús,
después de azotarle, para que fuese crucificado.
Y le llevaron a un lugar llamado Gólgota,
que traducido es: Lugar de la Calavera.
Era la hora tercera cuando le crucificaron.
Crucificaron también con él a dos ladrones, uno a
su derecha, y el otro a su izquierda.
Y se cumplió la Escritura que dice:
Y fue contado con los inicuos.
Cuando vino la hora sexta, hubo tinieblas
sobre toda la tierra hasta la hora novena.
Mas Jesús, dando una gran voz, expiró.
Entonces el velo del templo se rasgó en dos, de arriba abajo.
Y el centurión que estaba frente a él, viendo
que después de clamar había expirado así, dijo:
¡Verdaderamente este hombre era hijo de Dios.
Cristo padeció por nosotros,
Quien llevó el mismo nuestros pecados en su
cuerpo sobre el madero, para que nosotros,
estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia.