Cariñoso Salvador
Fuiste fortaleza al pobre... refugio contra el turbión. Isaías 25:4



1. Cariñoso Salvador, huyo de la tempestad
A tu seno protector, fiándome de tu bondad.
Sálvame, Señor Jesús, de las olas del turbión:
Hasta el puerto de salud,
guía tú mi embarcación.

2. Otro asilo ¿dónde hallar? indefenso acudo a ti;
Sólo pude desmayar, porque mi peligro vi.
Solamente tú, Señor, puedes dar consuelo y luz;
Vengo lleno de temor a los pies de mi Jesús.

3. Cristo, encuentro todo en ti,
y no necesito más;
Débil, me pusiste en pie, triste, ánimo me das.
Al enfermo das salud; guías tierno al que no ve;
Con amor y gratitud tu bondad ensalzará. Amén.


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