1. Cristo es mi dulce Salvador,
mi bien, mi paz, mi luz;
Mostróme su infinito amor muriendo en dura cruz.
Cuando estoy triste encuentro en él
Consolador y amigo fiel;
Consolador, amigo fiel, es Jesús.
2. Cristo es mi dulce Salvador;
su sangre me compró;
Con sus heridas y dolor, perfecta paz me dio.
Dicha inmortal allá tendré, con Cristo siempre reinará;
Dicha inmortal allá tendré con Jesús.
3. Cristo es mi dulce Salvador, mi eterno Redentor;
¡Oh! nunca yo podré pagar la deuda de su amor.
Le seguiré, pues, en la luz;
no temeré llevar su cruz;
No temeré llevar la cruz de Jesús.
4. Cristo es mi dulce Salvador, por él salvado soy,
La Roca de la Eternidad, en quien seguro estoy.
Gloria inmortal allá tendré,
con Cristo siempre reinaré;
Gloria inmortal allá tendré con Jesús.