1. Hay un precioso manantial de sangre
de Emanuel, que purifica a cada cual
que se sumerge en él. Que se sumerge en él,
que se sumerge en él. Que purifica a cada cual
que se sumerge en él.
2. El malhechor se convirtió pendiente
de una cruz; Él vio la fuente y se lavó,
creyendo en Jesús. Creyendo en Jesús,
creyendo en Jesús. Él vio la fuente y se lavó,
creyendo en Jesús.
3. Y yo también mi pobre ser allí logró lavar;
La gloria de su gran poder me gozo
en ensalzar. Me gozo en ensalzar,
me gozo en ensalzar.
La gloria de su gran poder
me gozo en ensalzar.
4. ¡Eterna fuente carmesí! ¡Raudal de puro
amor! Se lavará por siempre en ti
el pueblo del Señor. El pueblo del Señor,
el pueblo del Señor. Se lavará por siempre
en ti el pueblo del Señor.
Pista
Estas letras son propiedad de sus respectivos artistas, autores y compositores, y están destinadas únicamente a fines de estudio privado.
LETRA: William Cowper, 1772, trad. M.N. Hutchinson. MUSICA: Melodía americana, s. 19, arreg. Lowell Mason, 1830.