Roca de la eternidad
Sé tú mi roca fuerte, y fortaleza para salvarme. Salmo 31:2



1. Roca de la eternidad, fuiste abierta tú por mí;
Sé mi escondedero fiel; sólo encuentro paz en ti,
Rico, limpio manantial, en el cual lavado fui.

2. Aunque sea siempre fiel, aunque llore sin cesar,
Del pecado no podré justificación lograr;
Sólo en ti teniendo fe, deuda tal podré pagar.

3. Mientras haya de vivir, y al instante de expirar,
Cuando vaya a responder en tu augusto tribunal,
Sé mi escondedero fiel, Roca de la eternidad.


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