Señor, nunca dejaré de darte las gracias porque cada día de mi vida es un motivo para reconocer todo lo que siempre haces por mí y los míos.
Las dudas sinceras de los discípulos de Jesús pronto se convirtieron en gozo y esperanza cuando captaron la realidad de su Señor resucitado.
Señor, aunque nuestra experiencia nos dice que nuestros errores pasados, nuestras luchas presentes o nuestras perspectivas futuras no pueden ser cambiados. Hoy que tengo fresco el recuerdo de la Pascua confío que Tú puedes hacerlo todo. Amén.
Mateo 28:17
Cuando lo vieron lo adoraron, aunque algunos de ellos dudaban.