Querido padre, gracias por enseñarme todos los días a no juzgar a una persona, sino a buscarle una explicación, porque tantas veces se nos juzga exactamente por lo contrario de lo que se nos juzga.

Sin embargo, la comunicación abierta puede corregir los malentendidos que pueden crear nuestro propio orgullo y prejuicio.

Enséñame también a diario a simpatizar con los que juzgan sin saber la situación, a amar a los que nos hieren en el nombre de Jesús. Amén.

Las primeras impresiones a menudo llevan a conclusiones equivocadas.

1 Samuel 16:7
La gente sólo presta atención al aspecto de las personas, pero el Señor ve su corazón.

Lo siento, no se han encontrado publicaciones.

Últimos 30 días