Querido papá, nuestras vidas a tu alrededor tienen más en común con carreras de 100 m que con maratones.
A veces no podemos evitar los problemas, el cansancio y las caídas, pero se nos pide seguir luchando por aquello que hace que valga la pena vivir la vida, una corona inmortal. Muchas cosas intentarán distraernos, pero si vemos a Jesús, cruzaremos la meta de la fe.
Ayúdame a terminar la carrera de la vida, aparta las cosas innecesarias y anímame a saber que la paciencia es importante, en el nombre de Jesús, amén.
Juega con una perspectiva atemporal.
Hebreos 12:1
Por eso debemos dejar de lado el pecado que es un estorbo, pues la vida es una carrera que exige resistencia.