Amado Padre, hoy quiero expresarte mi gratitud, yo sé que tú me amas y que no me has abandonado, son tantos los motivos que tengo para agradecerte que toda sombra sobre mi vida espiritual se desvanece.
Estoy agradecido por mi salvación, por la vida que me has dado, gracias por mi familia, gracias por la salud, gracias por el trabajo, gracias por los alimentos, gracias por mis amigos.
Quiero que mi corazón pesado se vuelva liviano, ya que estoy quintando el peso de la ingratitud de mi vida y a partir de hoy comenzaré a experimentar la bendición de dar gracias.
Salmo 92:1 PDT
SEÑOR, qué bueno es agradecerte y entonarte canciones de alabanza, Dios Altísimo.